
Los tres avisos es una, sino la mayor, de las afrentas que puede sufrir un matador de toros. Dejarse un toro vivo es el colmo de la incapacidad profesional y, sin embargo, José Antonio Morante de la Puebla prefirió escuchar esos fatídicos tres avisos en la plaza de Marbella para protestar por las agresiones que vienen padeciendo los profesionales del toreo por parte de los antitaurinos.
Y es que los “antis” vienen crecidos ante la llegada al poder en municipios y CC.AA por parte de gente de Podemos o plataformas que denigran del toreo y lo confunden, de forma miserable e ignorante, con un pasado que es, en todo caso, muy posterior al nacimiento de la fiesta de los toros.
Morante actuaba en Marbella junto a Rivera Ordóñez y Alejandro Talavante que se solidarizaron con su compañero y ayudaron en la labor de devolver el toro a los corrales donde finalmente sería apuntillado, como manda el reglamento.
Morante se ha convertido en el centro de esta polémica antitaurina después de que el ciudadano Peter Jenssen intentara agredirlo en la plaza de Palma de Mallorca.
A propósito, el tal Jenssen se lanzó al ruedo una vez que el toreo estaba muerto. Vamos, un valiente antitaurino…